Los Procesos Afectivos

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Las relaciones sociales

Ciertas interacciones sociales continúan lo suficiente como para que las personas o entidades que las tramitan queden ligadas por un conjunto relativamente estable de expectativas mutuas; en este caso se dice que hay entre ellas una relación social.

Tipos de lazos en las relaciones interpersonales

Existen dos tipos de lazos:
  • Lazos expresivos: muchas de las necesidades de los sujetos sólo pueden materializarse si se asocian a otras personas significativas para ellos. Muchas gratificaciones exigen mantener una sostenida interacción social, en la que se establecen hondos lazos con los semejantes. Las relaciones sociales basadas en los lazos expresivos de denominan relaciones primarias. Dentro de éstas se vivencian el afecto, la familiaridad y la proximidad, la esencial unidad que se da entre los interactuantes.
  • Lazos instrumentales: la vida enfrenta a innumerables circunstancias en que se necesitan unos a otros para alcanzar ciertas metas. En la sociedad contemporánea se pueden encontrar grandes y complejas redes de acción, que interconectan actividades diversas de muy distintas personas. Estas interacciones se las denomina relaciones secundarias, ya que constituyen medios para alcanzar determinados fines, más que fines en sí. En ellas los individuos entran como elementos sociales. No ocurre lo mismo en las relaciones primarias, donde los individuos experimentan un sentimiento de cercanía y participan como unidades integrales comprometidas, o sea, como participes sociales.
Algunos de los lazos tienen una mezcla de las características comentadas ahora mismo. Un buen ejemplo pueden ser las relaciones amistosas. Una relación amistosa no es lo mismo que una amistad intima; ser conocidos no equivale a ser amigos, ya que en ambos casos no se da el mismo grado de proximidad y de involucración del sí-mismo. Una relación amistosa cuenta con la cooperación y ayuda para llevar ciertas tareas a cabo; pero también se mantienes unas actitudes favorables: amabilidad, etc...

Las redes

La vida humana abarca múltiples relaciones sociales organizadas en redes. Una red es una trama de relaciones sociales que parten de un individuo ligandolo en forma directa a otros y, a través de éstos, indirectamente a muchos más.
La densidad de una red mide hasta qué punto ella se aproxima al estado en que cada uno de sus miembros está vinculado con los demás. Es el coeficiente entre las relaciones directas observadas y posibles entre sus integrantes. Se ha empleado este método para estudiar el sentido comunitario de las personas. Una de las conclusiones obtenidas a partir de ciertas investigaciones sobre el sentido de pertinencia es el establecimiento en una zona especifica o lugar donde los sujetos se encuentran constantemente con caras familiares y amigables en el curso de su vida cotidiana. En la medida en que estas múltiples ligazones entre los miembros de una sociedad se superponen y entrecruzan, suministran una trama abarcadora, un tejido de sólida textura, que enlaza e integra a la gente dentro de una totalidad social más amplia.
Las redes también desempeñan un papel decisivo en el aumento y difusión de los movimientos sociales. Por un mecanismo primario, los cultos religiosos, grupos de activistas estudiantiles y organizaciones de protesta política expanden sus filas y movilizan apoyo para su causa a través de las redes.

La atracción en la díada

En las relaciones primarias la atracción social es el principal vinculo de cohesión. Se refiere al acto o propiedad que hace que una persona se una a otra.
La proximidad o cercanía física afecta considerablemente en la elección de nuestras amistades. Lo típico es que las relaciones más estrechas se gesten cuando comparten una misma clase o se sientan juntos en ella o si viven cerca el uno del otro. La importancia de la proximidad para la elección de amistades ha sido puesta de manifiesto en un estudio clásico de Festinger, Schachter y Back (50). Examinaron la creación de amistades en parejas universitarias casadas que habitaron en un nuevo complejo de viviendas. Se observó que las amistades se realizaban con las personas que vivían más cercanas.
La proximidad cumple un papel en la selección de pareja. Las personas que viven cerca, que concurren en un mismo establecimiento de enseñanza y o trabajan juntas, tienden a contraer matrimonio con más frecuencia. Además la proximidad también tiene un papel decisivo en la atracción entre las personas, al brindarles la oportunidad para actuar: la proximidad hace que cada una esté disponible para la otra en mayor grado que si vivieran distantes.
Se ha comprobado que la interacción, en si misma, provoca la atracción interpersonal. Aunque también es verdad que la familiaridad puede generar menosprecio. Quizá la proximidad física sea una condición necesaria para la atracción entre la gente, pero también es verdad que puede operar como una condición para el odio.

El atractivo fisico

En general gustan más las personas que poseen atractivos físicos que las que no los poseen. Se tiende a suponer que las personas atractivas pueden encontrar trabajo más fácilmente, contraer matrimonio en buenas condiciones y llevar una vida feliz y gratificante. Se piensa que lo bello es bonito. Pero no tiene porque ser así.
Está demostrado que se prefiere la compañía y amistad de las personas atractivas. En situaciones hipotéticas los estudios revelan que los seres humanos pensamos en términos de visiones idealizadas y que se prefiere tener como pareja a una persona muy atractiva. Pero lo cierto es que la provisión de supuestas compañías extraordinariamente bellas es limitada y las situaciones de la vida real confirman la hipótesis de la selección de pareja por equiparación. Esta teoría dice que cada individuo tiende a elegir como pareja a alguien cuyo atractivo físico sea similar al que se atribuye a sí mismo. Si bien el ideal seria juntarse con personas hermosas (situación hipotética), en la práctica se reducen las aspiraciones.

El amor como rotulación

El amor apasionado, al igual que otros estados emocionales, exige la activación fisiológica y la asignación de un rótulo a dicha activación. Los psicólogos sociales basan su explicación del amor en la teoría de Stanley Schachter acerca de la autopercepción de los estados emocionales. Según este autor, la experiencia de la emoción tiene dos componentes:
  • La activación fisiológica: aumento del pulso cardiaco, aceleración de la respiración, el rubor, el sudor, etc...
  • Interpretación subjetiva o rotulación de dicha activación: este es un factor muy importante ya que esta activación fisiológica se produce en otros estados emocionales, como puede ser el miedo, cólera, etc...
El amor sólo existe cuando definimos como tal nuestras sensaciones interiores de activación. Es fácil para la gente dejarse guiar por las señales románticas que abundan en su entorno y decidir que están enamoradas.
Liebowitz y Klein sostienen que el amor se caracteriza por cambios químicos singulares en el organismo, tal vez asociados con la feniltelamina, compuesto del grupo de las anfetaminas. La reacción de aturdimiento y mareo que produce el amor apasionado se parece mucho a la que genera la ingesta de anfetaminas, y también el derrumbe del individuo luego de romper con su amado o amada se asemeja a la crisis de la abstención de anfetaminas.
Otros estudios se han basado en el chocolate, que tiene un alto componente de feniltelamina. Quizá el cerebro descarga su propio correlato químico de la anfetamina cuando la persona está enamorada, y en cambio detiene su producción cuando cesa el idilio, haciendo padecer al sujeto su ausencia. Así, los atracones de chocolate tal vez no sean más que un intento de automedicación.

La similitud

Investigaciones revelan que los seres humanos tienden a gustar de aquellos que se asemejan a ellos. Estudios realizados sobre matrimonios también señalan el efecto de la homogamia, la tendencia a formar pareja con un individuo igual a uno mismo. Las personas semejantes contraen matrimonio más a menudo de lo que previsiblemente se podría esperar por azar. Por esta razón se han desarrollado teorías para explicar este hecho:
  • Coherencia cognitiva: de Fritz Heider. Las personas se afanan por lograr una coherencia cognitiva entre sus actitudes y su pensamiento. Las personas que concuerdan en asuntos importantes serán atraídas mutuamente, porque cada una de ellas satisface la necesidad de coherencia de la otra.
  • Previsión de ser apreciado: los sujetos se sienten atraídos hacia los similares porque los aprecian favorablemente, y ese aprecio, a su vez, genera simpatía hacia el presunto amigo. Cuando nos preocupa si los otros simpatizarán o no con nosotros, sentimos ansiedad y tendemos a jugar a lo seguro asociandonos a personas similares a nosotros.
  • Refuerzo: Byrne probó que existe una relación lineal positiva entre la atracción que se siente hacia un extraño y la proporción de actitudes que se comparten con él. La atracción que un sujeto siente hacia otro está determinada por la proporción de refuerzos y de castigos que vincula con aquel. La percepción de similitud es en sí una recompensa, en tanto que la percepción de desemejanza, no sólo no es una recompensa sino que puede incluso constituir un castigo. Al percibir a los otros como similares nos alienta a esperar resultados más positivos de la interacción que tengamos con ellos.
  • Los procesos de la comparación social: Festinger sostiene que nos mueve un impulso básico a evaluar nuestras propias actitudes, opiniones y características de nuestra personalidad, vales decir, a conocer la verdad sobre nosotros mismos.
Comprobamos que mostrar nuestros errores o un desempeño deficiente frente a los demás es penoso. Si queremos evitar estas experiencias desagradables o salir airosos de ellas, necesitamos tener alguna base para evaluarnos a nosotros mismos y a nuestro desempeño. Preferimos tomar como fuente de información relevante para esto la realidad material. Pero lo que ocurre es que la realidad material no siempre está a nuestro alcance y muchas veces debemos confiarnos en la realidad social.
Esto nos exige autoevaluarnos comparando nuestras capacidades u opiniones con las de otras personas apropiadas, es decir, que sean relativamente parecidos a nosotros ya que sólo de este modo la comparación será estable y de precisión subjetiva.

Necesidades complementarias

Ciertas personas con determinados rasgos de personalidad nos fastidian y molestan, en tanto que nos sentimos cómodos junto a otras que poseen rasgos diferentes.
Winch dice que las diferencias cumplen un papel importante, haciendo hincapié en las necesidades complementarias. Aquellos rasgos de personalidad que son uno la contrapartida del otro. Cuando están presentes ambos brindan un sentido complementario a las personas respectivas: cada una de ellas suministra a la otra aquello de lo cual carece. Según Winch lo típico es que, dentro de la lista de candidatos posibles, elijamos aquel que promete gratificar al máximo nuestras necesidades.
Murstein da una versión algo distinta de esta teoría, subrayando el papel que cumple en la atracción interpersonal la compatibilidad de los roles, la forma en que cada miembro de la pareja satisface las expectativas del rol del otro y de qué manera esta adecuación de los roles es mutuamente gratificante.
Wagner ha procurado integrar ambas teorías. Pudo demostrar que la atracción interpersonal dependía del grado en que los individuos gratificaban sus relaciones sociales, y también del grado en que cumplían con las obligaciones pertinentes al contexto de los roles en que se daba la relación.

El atractivo interpersonal

No hay ninguna definición exacta ni precisa de lo que es el amor. Hay muchas microteorías pero ninguna teoría general. Una definición podría ser la de los autores McDavid y Haravi: el amor es la forma más intensa y más amplia de atracción interpersonal que interioriza al otro en el propio self. Incluye la dialéctica tu y yo.
Uno de los autores más reconocidos dentro de esta temática es la de Rubin, quien ha elaborado escalas para medir el amor. Las diferencias son de tipo cuantitativa. Ha hecho dos escalas diferentes que representan cosas diferentes.
La teoría triangular del amor de Sternberg se basa en tres componentes que forman el amor: la intimidad (dimensión afectiva: sentimientos de vinculación, proximidad y fidelidad), la pasión (dimensión motivacional: atracción física y acto sexual) y el compromiso ( dimensión cognitiva: referida a la intención de mantener la relación a lo largo del tiempo y amar a la otra persona).
Esta es una escala con pretensiones muy elevadas: se puede medir la cantidad de amor que uno siente por el otro, que sería el área del triangulo. Si el triangulo es equilátero el amor está equilibrado. Si no es así significa que el amor está desequilibrado hacia una u otra dimensión.
Se puede comparar el amor de una persona y de la otra. También se puede comparar el amor que a uno le gustaría tener y el que percibe de la relación. Este test sirve de guía para la intervención terapéutica.

Las clases de amor según la teoría de Sternberg son:
Intimidad Pasión Compromiso
No amor
Cariño o simpatía +
Caprichoso +
Vacío/Mero compromiso +
Romántico + +
Compañerismo + +
Necio/loco/fatuo + +
Consumado o completo + + +

Intenta integrar diferentes elementos del amor. Hay dos cuestiones que no quedan explicadas o contempladas:
  • Interiorización del otro en el propio self.
  • Temática del ocio como un polo de la atracción interpersonal.

Intercambio social

Simpatizamos con aquellos que nos recompensan, y nos desagradan aquellos que nos infligen alguna clase de castigo o prejuicio. La atracción entre las personas se produce cuando las recompensas superan los costos (Thibaut y Kelley). De acuerdo con este punto de vista, los factores generales que determinan las atracción están vinculados con las recompensas y castigos mutuos que se materializan en el intercambio social. El mutuo intercambio de recompensas da por resultado el esfuerzo recíproco. Las personas practican una suerte de contabilidad psíquica, registrando las retribuciones, costos y utilidades que la relación implica para ellas.
El principio de la oferta y la demanda asegura que tendremos compañeros tan convenientes como lo somos nosotros mismos. Si uno de los miembros de la pareja está más enamorado que el otro, este mayor compromiso de su parte en la relacion instará al otro a aprovecharse y a su vez le provocará a él sentimientos de estar atrapado, todo lo cual mina el amor autentico. Sólo cuando el afecto de los dos amantes avanza aproximadamente al mismo ritmo, su amor se refuerza mutuamente.
Cuando ambos bandos dependen reciprocamente en forma similar, la relacion es estable y desalienta el uso de poder por cualquiera de ellos; pero si existe desequilibrio, la persona menos dependiente probablemente recurrira al poder de que goza.
Una de las grandes virtudes de esta teoria del intercambio es que nos permite identificar ciertos principios unificadores que subyacen en los otros factores determinantes de la atraccion. Ejemplo: un hombre no es fisicamente atractivo. Si intenta conseguir a una mujer que si tiene este atractivo, ella obtendrá de la relacion menos beneficio que él; y por ello él supondrá que será rechazado y este rechazo le supondrá un coste alto en su autoestima. Si por el contrario, la mujer no es fisicamente atractiva, el costo seria menor aunque los beneficios tambien lo serian. Por ello, para conseguir el mejor rendimiento al menor coste, se acercará a una mujer fisicamente atractiva como él. De ahí la hipotesis de que las personas tienden a escoger parejas de atractivo fisico comparable al propio.
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